En MV Aseguradores sabemos que cuando nos llega el momento de despedir a un ser querido, cada detalle es pensado con sumo cuidado, incluyendo el último transporte del cuerpo.
Los autos fúnebres empezaron a utilizarse en el siglo XIV en América y en el siglo XIV en Inglaterra. Constaban de coches tirados por caballos hasta que en el año 1907 se pasó a coches a motor. Ya para el año 1920, la práctica de tener un vehículo especial para el último viaje de un individuo, se había extendido al resto del mundo.
Su estructura ha variado. Primero contaban con ornamentos de estilo victoriano, luego pasaron a ser un poco más clásicos, elegantes y sobrios, acorde con el momento.
La parte trasera del automóvil se construye con armazones metálicos que estabilizan el ataúd, lo que garantiza un viaje tranquilo. Por lo general, la vista hacia el cofre es mínima. Vidrios (así sean del tipo polarizado o semi polarizado) ponen distancia entre el féretro y los dolientes.
Los coches suelen parecerse a una limosina. Hay espacio para los acompañantes del féretro y un chofer.
Las funerarias buscan opciones para los dolientes. Es común que los automóviles familiares se conviertan en coches fúnebres con ayuda de un experto en carrocería, que haga los cambios.
Se aumenta el espacio en la parte trasera para que entre la urna y se amplía la distancia entre los ejes. Los colores cambian (evidentemente) para mostrar la solemnidad del momento. Pintura blanca y negra suele revestir el chásis.
Según el portar Motorpasión.com, los Mercedes Clase E Estate, los Ford Mondeo, el Jaguar con los X-Type y el Volvo suelen ser convertidos en autos fúnebres.
Hasta ahora no hay ninguna empresa de vehículos que diseñe este tipo de autos, pues se evita relacionar la marca con un momento tan triste.
Furgonetas también se emplean en este servicio, aunque parecen gozar de poca popularidad. De hecho, algunos prefieren que el último viaje de sus vidas sea con el lujo debido: un Rolls-Royce Phantom de 500 mil euros, exclusivo para clientela de alto abolengo.
>p>Las ideas van surgiendo y son aplaudidas por los admiradores de coches. De hecho, hay docenas de clubes de fans de estos automóviles, en los que se aprecia la tecnología empleada para facilitar la elegancia que debe caracterizar el último adiós.
En otros países, sin embargo, se prefiere llevar el féretro en hombros. Personas de bajos recursos, cargan la urna desde la vivienda del fallecido hasta el cementerio. Se turnan el paseo y despiden al fallecido con su música favorita a alto volumen. Botellas de alcohol se comparten en el recorrido. Como si se tratara de un héroe de guerra, varios disparos se lanzan al aire mientras el féretro desciende hacia su destino final.
Si usted quiere asegurarse que lo lleven en un auto de lujo, o por el contrario, busca la economía hasta en la muerte, no dude en contratar seguros de decesos, que servirá para dejar todo en orden y que sus familiares solo se encarguen de trámites menores.