Si hay una tradición arraigada en nuestro país, además de la crítica al prójimo, son los seguros de decesos. Hablando con propiedad, además de las variadas fiestas y costumbres gastronómicas de las diferentes comunidades autónomas, la gran mayoría de sepelios en España se han llevado a cabo a través de los servicios que se ofrecen en los seguros de decesos.

Ya sea en zonas rurales, en las que el cobrador acude puntualmente al domicilio del asegurado, o en zonas urbanas, en las que la domiciliación bancaria ofrece mayor comodidad y desentendimiento, el pago de la cuota del seguro de decesos es tan tradicional como las uvas en nochevieja.

Y es que la mayor parte de familias españolas saben que gracias a un seguro de este tipo, sus sucesores no tendrán que preocuparse por nada en el momento de su último adiós, que queramos o no, acaba llegando para todos por igual.

En los últimos tiempos se ha venido hablando de los recortes que han realizado las familias para adaptarse a los difíciles tiempos que vivimos. La crisis económica ha hecho que apretarse el cinturón sea el pan de cada día para la mayoría, y los gastos superfluos han sido reducidos al mínimo para centrarse solamente en lo básico: vivienda, alimentación y en menor medida la ropa. Y también en estos gastos ineludibles se recorta, puesto que las grandes superficies acusan un descenso en las ventas de determinados productos de alimentación considerados más “de lujo”, y en ropa la tendencia es a gastar lo mínimo posible.

No obstante, y según diferentes estudios publicados, hay varios gastos que no se han visto reducidos en los últimos años. Por un lado están los seguros médicos, especialmente tras los recortes producidos en el ámbito de la sanidad, que han generado descontento e incertidumbre en la ciudadanía. Por otro, los tradicionales seguros de decesos, que permiten a las familias la tranquilidad de saber que cuando llegue el fallecimiento de un miembro de la unidad familiar, no deberán ocuparse de los trámites y gastos del sepelio.

Lo que sí es cierto es que tanto en el ámbito de este tipo de seguros como también en los seguros médicos, de hogar o de vehículos, los usuarios tienden cada vez más a comparar, y para ello el uso de internet es imprescindible. Aumenta cada año el número de personas que acceden a la contratación de seguros a través de la red, lo que en numerosas ocasiones les reporta beneficios en sus cuotas gracias a los descuentos que ofrecen algunas compañías para los accesos por internet. Además existen empresas que se dedican exclusivamente a la comparación de seguros, ofreciendo una comparativa personalizada de las distintas compañías en función del producto que deseamos contratar.

Una sana costumbre la de comparar antes de contratar que nos resulta mucho más fácil y barato a través de internet, y que nos permitirá encontrar no sólo los seguros con mejores coberturas y más económicos, sino también cualquier tipo de producto que podamos necesitar al mejor precio y con el mejor servicio.